El pasado domingo 29 de marzo se disputo en Madrid la ya clásica Media Maratón Asics Villa de Madrid, ya que es ya en su XV edición una de las medias maratones más populosas de Europa con más de 20.000 corredores en linea de salida segun la organización y casi 16.000 en meta según resultados publicados.
Supongo que las cifras de venta de dorsales estarían un poco exageradas por
la organización puesto que una tasa de abandono cercana al 20% como sería el
caso me parece extremadamente elevada, así que supondremos que los organizadores
se dejaron llevar por el entusiasmo cuando pregonaban las cifras de
participación.
Otro tema a comentar antes de centrarnos en la carrera propiamente dicho es
el grave incidente que se produjo la noche del viernes al sábado en el que un
grupo de ladrones se coló en las instalaciones de la feria del corredor y se
llevaron gran cantidad de material deportivo, destrozando stands y poniendo en
peligro la entrega de dorsales para muchísimos corredores.
A pesar de todo la organización se sobrepuso y pudo terminar de dar servicio
a los corredores entregando los dorsales y pudiéndonos poner a todos en la línea
de salida. Quiero felicitar a los organizadores de la agrupación AD Marathon
por tirar hacia adelante en un momento tan complicado y poder dar el
pistoletazo de salida a la carrera, aparte por supuesto de darle todo mi animo
a los pequeño empresarios que con mucho esfuerzo estaban en la feria y que no
solo vieron desbaratadas sus esperanzas de hacer negocio sino que sufrieron un
grave perjuicio económico por la pérdida de materiales. Mucho ánimo.
Porque tras la tormenta llega la calma y el domingo amaneció el día perfecto
para correr por Madrid, una mañana con temperatura agradable de 10º a las 7:45
en la zona de Retiro, con el cielo despejado, sin viento y espléndidamente
primaveral.
El paseo que me di por la zona antes de la carrera ya de corto y en tirantes
fue una maravilla, buen ambiente atlético en la zona de ropero y un continuo reguero
de corredores con sus camisetas naranjas andando por el parque entre el ropero
y la salida.
He de comentar que no utilice el ropero puesto que había aparcado cerca de
la zona de meta y no preveía necesitar nada una vez terminada la carrera, pero
cuando pase por la zona vi todo bastante organizado y a la gente entregando sus
bolsas de forma ordenada y sin aglomeraciones.
Corredores por todas partes dándose sus últimos retoques al dorsal, el
reflex, quedadas múltiples, fotos y muchas, muchas selfies. Todo muy correcto.
La zona de salida muy bien organizada. Los corrales de salida bien ordenados
y delimitados. He de reconocer que al ser de los afortunados que puede
acreditar una buena marca y estaba en un cajón muy cerca de los primeros por lo
que no sufrí aglomeraciones para entrar y me situé en buen sitio sin problema.
Destacar la muy lamentable actitud de muchos listillos y espabilaos que
saltando las vallas e ignorando a los jóvenes voluntarios de las entradas de
los cajones se colaban allí donde sus marcas, piernas y cojones no les facilitaron
la entrada. Muchos fueron los que vi colándose y en sus caras se reflejaban una
alegría que contrastaba con la cara de asco, pena y decepción de aquellos que estábamos
allí por meritos propios.
No obstante el día era tan bueno y el ambiente tan vibrante que rápidamente
deje de pensar en ello y ya me sumergí en mi propio ritual de salida, el gps,
la concentración, saltitos, golpes en las piernas para ponerlas a punto y como
caballo de carreras tenso a la espera del pistoletazo de salida.
Todo listo y tras un respetoso y respetado minuto de silencio por las víctimas
del accidente aéreo de la compañía Germanwings en los Alpes, se escucho, sin preámbulo
alguno, el pistoletazo de salida.
Salida cuesta arriba por la calle Alcalá, con el sol de frente y con cierta dificultad
a la hora de adelantar y situarme. El plan de carrera era engancharme a los
globos de 1:25 hasta el kilometro 8 y a partir de ese momento decidir que
hacer, así que poco a podo me fui situando y ya en el giro de Velázquez estaba
donde quería. Cómodo, con buen ritmo y sin sufrir, aunque estaba claro puesto
que la cuesta, el sol y la gente había molestado a los pacers lo mismo que al
resto de corredores y los dos primeros km se firmaron a ritmos lentos de 4'20''
y 4'15'' respectivamente.
Ya a partir de ese puntos y ayudados por las rampas favorables del km 3 y 4
nos ponemos a ritmo y la verdad es que he de reconocer que iba disfrutando. El
grupo era amplio y se corría sin problema, iba asentado al ritmo y no había
ninguna señal de alarma que me indicase nada raro.
Tan cómodo iba que en la larga cuesta arriba que va del 4 al 8 y casi sin
darme cuenta adelanté a los globos y aplicando la siempre valida sentencia de
"De perdidos al río" deje que mis piernas me llevasen al ritmo que
quisiesen, siempre con cierto grado de tensión y evitando en todo momento
quedarme cortado.
Ritmos clavados a 4 y todo perfecto. En Plaza de Castilla el recorrido da un
respiro para recuperar la respiración y volver a pillar velocidad. Integrado detrás
de un grupo de 3 corredores de un club manchego me pongo a hacer la goma y me
engancho a sus ritmos de 3'50''.
Van cayendo los kilómetros cuesta abajo y parece que sigo sin cansarme. En
el 15 me tomo el gel y tras beber agua y con el Retiro al final de la calle
sigo apretando y me engancho a un corredor de con la camiseta de Bikila que nos
pasa por la derecha.
Ya muchas de las caras que me rodean me suenan de otras carreras y de
compartir ritmos. La verdad es que a ciertos tiempos somos más o menos los de
siempre. Pero era un día en el que llevaba un plus de fuerza en las alforjas y
lo aproveche, el km 18 justo antes de empezar con las rampas finales de la
carrera lo hice a 3'35''.
Alfonso XII y la subida de Alcalá se cobraron su renta de tiempo frenándome
a 4', pero ya tenía en la cabeza que si apretaba entraría en meta por debajo de
1:24:00, así que lo di todo, apreté el ritmo, recordé entrenamientos, cuestas,
sprines y todo lo que me había llevado a estar allí.
La entrada en el Retiro ya un poco justo, pero al ser cuesta abajo apreté al
máximo logrando el objetivo personal de bajar de 1:24, era el mejor de los
escenarios planificados. Una buena carrera, una gran marca, excelentes
sensaciones en carrera y sobretodo un saco lleno de confianza de cara al
maratón de dentro de un mes.
La salida de la carrera cómoda. Un agua, un gatorade y una medallita más
para la colección. Me encantan las medallas y lamento profundamente que no las
den más a menudo en las carreras. Imagino que será un elemento caro para dar a
todos los corredores, pero yo he de decir que me encantan y las guardo con muchísimo
cariño y creo que por lo menos todas las medias deberían de dar.
Como podéis ver el balance final de la carrera ha sido muy positivo. A nivel
organizativo no le puedo poner ni un pero, aunque he de reconocer que ya les
pido poco a las carreras y me suelo organizar por mi cuenta, a nivel de día ni
una sola excusa y a nivel personal con sobresaliente, así que otra vez más esta
prueba me ha traído un montón de cosas buenas.
El año que viene, y ya irán 8, volveré a estar en la salida seguro. :)
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