Esto de la ola de calor africano pesa a la hora de entrenar. Madrid esta tan cubierto de polvo que desde mi casa no se ve la sierra y no se distingue el cielo del perfil de las montañas. La garganta se me ha resentido y he sudado como hacia tiempo que no lo hacia.
No obstante he conseguido seguri los ritmos habituales de entrenamiento y terminar en un aceptable 4:30. Así que satisfecho.
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