lunes, 28 de abril de 2014

Crónica de un sueño. Maratón de madrid 2014

El domingo 27 de abril de 2014, se va ha convertido para mí en una fecha mágica en la que lo inesperado e imposible se volvió realidad. El día en el que sin buscarlo me monte a lomos del vientos y volé sobre las calles de Madrid.

Pero no adelantemos acontecimientos, dejaré que la historia vaya saliendo a medida que os cuento este maravilloso día de atletismo, amigos y épica gloria maratoniana.

Tenía puesto el despertador a las 6:15, pero la tensión y los nervios me hicieron abrir el ojo a las 5:30 y tras un rato dando vueltas en la cama me levante para no prolongar la agonía de la espera. Con calma fui al baño mientras comprobaba los mensajes del teléfono, en los que un buen puñado de amigos ya iba anunciando que estaban en pie preparándose para la batalla.

El desayuno, el de los grandes día, un buen cuenco de cereales con pasas, plátano seco y diversos frutos secos con algo de leche. No os podéis imaginar lo que odio desayunar tan pronto, tengo las tripas cerradas y cero ganas de comer nada, pero de forma disciplinada e intentando no pensar en nada fui comiendo mientras seguía con el móvil comprobando estados de páginas y empresas relacionadas con la carrera en diversas redes sociales.

A esas horas esta oscuro, pero poco a poco vi por la ventana como el cielo iba tomando algo de color y despertaba un día con cielo claro y despejado que presagiaba muy buenas condiciones para la carrera.

Termine los cereales y me comí un plátano y rematar la faena para acto seguido volver al baño y terminar de vaciarme. Llevaba varias semanas entrenando las tripas para poder ir al baño a primera hora por lo que no me resulto complicado terminar rápido e ir a vestirme.

Tenía todo preparado con antelación, la camiseta con el dorsal puesto, los geles, las zapatillas bien limpias para que no tuviesen ninguna chinita metida dentro, calcetines, gorra y una sudadera para no ir en tirantes desde que saliese de casa. También tenía preparada una bolsa grande de plástico, de esas que te dan en el tinte cuando llevas una prenda grande, para ponérmela al salir del coche e ir plastificado hasta la salida.

10 minutos y ya estaba vestido de romano, hora 6:25 y nada que hacer, así que me fui de casa, deje la bolsa preparada para que mi mujer me la llevase a meta y así no usar el ropero de la carrera. Primero porque el año pasado fue un desastre y en carreras grandes suele ser un caos, y en segundo lugar, porque teniendo a la familia esperando en la meta no es necesario dejarlo en el ropero. Aparte la previsión meteorológica daba unos 20º en meta y para nada iba a tener frio o necesidad de cambiarme rápidamente.

Había quedado con los compañeros a las 7:30 en El Retiro en la puerta del ropero, pero siempre me gusta llevar con tiempo y después de los problemas para aparcar que tuve en la Media de Madrid, no quería arriesgar, así que me fui hacia la zona de salida.

La anticipación me vino bien porque pille uno de los últimos sitios libres "legales" en la zona en la que suelo aparcar (parte de atrás del Niño Jesús). Me quede un rato en el coche y sobre las 7:20 ya tenía el aviso de Juan de que iba hacia el punto de encuentro.

Total, no tenía nada que hacer, así que me quite la sudadera, me plastifique con la bolsa y listo. Para estas ocasiones solo llevo la llave del coche en el bolsillo que meto en una bolsa de plástico pequeña de estas con auto cierre junto con un pañuelo de papel para emergencias e imprevistos.



La mañana era perfecta, un poco fresca pero no fría, en una hora poco más o menos se estaría a la perfección para ir en tirantes. Uno de esos días buenos para correr un maratón, temperatura adecuada, poco viento y cielo despejado. Ya de camino al punto de encuentro me cruce con Paquito, un amigo veterano de los de toda la vida y empezaron las conversaciones típicas del maratón.

Como te encuentras? Que marca quieres hacer? Comentarios sobre el buen día que hace. Recordar alguna batallita de hace mil años. Y con esa charla genérica que nos une a todos los correderos independientemente de que nos conozcamos o no, el grupo fue aumentando, amigos de unos y de otros se fueron uniendo y siguiendo los horarios a eso de las 7:50 abandonamos El Retiro en dirección a la salida.

En este punto he de decir que este año la organización, y tras el fracaso del año pasado, no escatimo en temas de ropero y había 30 tiendas para dejar las bolsas, 10 por cada una de las carreras, por lo que dejar las cosas fue rápido, sencillo y ordenado para todo el mundo.

Yo estaba tranquilo y contento, enfrentaba esta carrera con la tranquilidad que da la incertidumbre de no saber qué es lo que quería hacer. El plan básico era engancharme al globo de 3 horas para ver hasta donde podía acompañarles, no tenia del todo claro que pudiese acompañarles hasta el final pero, que cojones, podía ir con ellos hasta donde pudiese. Sé por experiencia propia que el final de Madrid es muy duro, soy de aquí y conozco el recorrido y las calles por las que pasa y este era mi 5º maratón madrileña, por lo que tenia dentro cierta certeza de no poder llegar hasta el final, pero bueno, la carrera dictaría sentencia y ante el maratón hay que ser valiente, por lo que, a priori, no me perdonaría si por lo menos no lo intentaba.

Con esos pensamientos, aderezados por la charla con los amigos, fue pasando el tiempo. La carrera de 10k salía a las 8:30 y se detecto cierta falta de organización entre los corredores para acceder a los cajones, ya que la Castellana tiene 2 carriles independientes y los 10k salían por el carril izquierdo.

Muchas carreras de última hora para llegar y supongo que cierto caos tumultuoso de última hora para poder entrar cada cual en su corral. Pero al final salida puntual.

15 minutos antes de las 9:00 entre con Antonio, uno de mis hermanos del alma en el cajón 1 de la maratón. Antonio venia algo tocado y a pesar de llevar bastante tiempo entrenando fuerte las molestias en una pierna le iban a frenar en sus ansias de correr e iba a plantearse una carrera más conservadora.

Juntos y ya con un silencio tumultuoso nos centramos en los últimos preparativos antes de la carrera, GPS conectado, últimas palabras de ánimo, risas nerviosas por los comentarios de los speakers que animaban a voz en grito a los corredores, vamos todo listo. Te cruzas miradas con corredores de múltiples nacionalidades a los que identificas por sus camisetas, un italiano de Florencia, un portugués, un par de ingleses, todos sin entendernos nos deseamos suerte y fuerza sin decirnos nada. 1 minuto para la salida. Le doy un abrazo a Antonio y le deseo la mejor de las suertes y toda la fuerza necesaria de principio a fin de la carrera y miro hacia adelante.

Ya no hay nada más que carretera delante mía. Pistoletazo de salida, GPS en marcha y venga a correr. Salimos suaves y controlados. Todos los que estamos allí delante sabemos que no hay porque empujarse ni hacer zigzag para encontrar una buena posición. La carrera es muy larga y en un maratón la gente suele respetar mucho los cajones de salida (o eso se supone).

Poco a poco voy encontrando el ritmo, cumpliendo mi plan de carrera, espero a posicionarme a la altura de los pacers de 3 horas que tenía unos metros detrás. Km 1 y ya estoy en el grupo de las 3 horas. Es un grupo grande, pero al estar subiendo Castellana hacia arriba estamos bastante cómodos y espaciados.

 Foto por: Forofosdelrunning

Iba fijándome un poco en la gente y empiezo a reconocer a otros corredores. Les reconoces no porque seas amigo suyo, sino porque en las carreras todos solemos correr a ritmos similares y como buenos animales de costumbres, llevamos siempre las mismas camisetas y los mismos colores de combate. Sin ir más lejos tenia identificados a 4 corredores que con seguridad había acompañado en las últimas carreras.

Todo el mundo va con una tensa calma. El ritmo es el adecuado y  vamos comprobando el reloj en cada paso kilométrico para ver si el ritmo es el adecuado o no. Todo va bien.

Pasamos por la alfombra del km 5 clavando los 21'15'', ritmo de 4'15''. Las primeras mesas de agua están unos metros más adelante y aprieto un poco para quitarme el montón del grupo y poder pillar la botella cómodo y sin tener que frenarme demasiado.

El apretón y no tener que pararme mucho fue una de esas tonterías cruciales en el desarrollo de la carrera y que marcaron los acontecimientos posteriores. Al adelantarme unos metros me junte con grupillo que iba un pelín más rápido que los globos, pero no le di demasiada importancia, pensé que en breve nos pillarían.

Estamos en una zona llana que tras la subida constante de la Castellana invitaba a apretar un poco el ritmo y poco a poco y sin darme cuenta acelere. De ir hasta el 5 a ritmos controlados de 4'15'' me puse a 4'05'' y ya con el inicio de la bajada de Bravo Murillo, me puse por debajo de 4'.

No fui consciente que me había adelantado bastante de los globos hasta el paso por el km 10, más o menos en Cuatro Caminos. Pase por ese punto en 41'10'', un minuto y medio más rápido de lo que sería el tiempo de sub 3. Me encontraba cómodo y la carrera seguía tirando hacia abajo por Raimundo Fernandez Villaverde, así que sin pensarlo demasiado seguí en el grupo en el que estaba. Iba cómodo y sabia que no me vendrían mal un par de minutos extra para afrontar el final de la carrera con posibilidades. La clave estaba en no forzar.

  Foto por: Forofosdelrunning

Pero que cojones. Del 10 al 15 el terreno seguía siendo bastante favorable y los ritmos continuaron por debajo de 4'. El paso por el 15 sito en Santa Engracia fue en unos esperanzadores 1:01:15, lo que, si conseguía mantener el ritmo me situaba en el 30, ya fuera de la Casa de Campo en 2 horas escasas. Ese era el escenario soñado y las piernas y el cuerpo de momento iban bien.

Además tenía el extra de que en el 18 tenía el primer punto de encuentro familiar (mi prima Rosi), así que me comí el primero de los geles que llevaba y mantuve el ritmo de 4' el km. Otra zona de bajada desde la glorieta de Quevedo hacia Gran Vía y ya entramos en la zona de más gentío de la carrera. Callao, Sol, Mayor y Palacio Real.

 Saludando a la familia. Km 18

En esta zona la carrera se estrecha mucho, la gente solo deja un camino bastante pequeño y los gritos de ánimo te llegan a escasos centímetros de la cara, hay momentos en los que parece que vuelas cuando te están animando y aunque son voces y cara totalmente anónimas hay veces que con un simple cruce de miradas te transmiten una fuerza totalmente indescriptible. Esa mirada combinada con ese grito de ánimo, ese apretar los puños o ese vamos sincero y sentido de un espectador, tiene una fuerza superior a cualquier otra cosa en carrera, porque aunque no nos conozcamos de nada, sabes que es para ti y es 100% puro. Por lo que por ese tramo se va eufórico y muy rápido.


 Recorrido del Maratón de Madrid 2014 con velocidad y altimetría


En ese momento llegamos a otro de los puntos cruciales de la carrera. Son las 10:20 de la mañana, hace 5 minutos que en Roma se ha canonizado a Juan XXII y a Juan Pablo II y las campanas de la Catedral de la Almudena están repicando sin parar.

No soy una persona especialmente creyente ni practicante, pero habitualmente en todas las carreras que pasan por la zona tengo un sentido recuerdo para mis abuelos que están enterrados en la cripta de la catedral. Esto unido a lo de las campanas y a que mi abuela era súper fan de Juan Pablo II, hizo que me acordase de los dos y que silenciosamente les pidiese que me diesen fuerza para conseguirlo. Estaba claro que hoy podía ser un gran día y cualquier fuerza, ya fuese humana o divina, me vendría bien para alcanzar el éxito.

Por extraño que parezca esos pensamientos me dejaron pilas cargadas a tope de ánimo y de confianza, las piernas, la cabeza y el fuelle funcionando a pleno rendimiento y todo esto con la media maratón a menos de un kilometro. Todo iba como la seda y en el mejor de los escenarios.

La media la paso en un más que aceptable 1:26:30, lo que doblando + 5' me situaría en meta en 2:57, la cosa pintaba muy bien y encima para mejorar los ánimos me encuentro con la sorpresa de mis padres animándome pocos metros detrás del paso por la media, una sorpresa inesperada porque les esperaba en meta.

Mi padre me grito animándome mientras pasaba que nos veríamos en meta a y 54. Sonreí para dentro porque ese escenario no era el previsto y tenia por delante la parte más dura de la carrera. Doblar era imposible.

De cualquier forma, no podía encontrarme mejor, además tenía delante de mí un grupo liderado por un corredor al que se veía veterano que iba con ritmo bastante sostenido que se estaba empezando a organizar para controlar la velocidad y prepararse para la Casa de Campo, por lo que me fui acomodando a su paso y me intenté proteger dentro del grupo.

Todo iba bastante bien, y el paso por la Avenida de Valladolid fue rápido y sin comerme demasiado la cabeza, así que sin darme cuenta me plante en la Puerta de la Casa de Campo (Km 26). En ese punto, parte del grupo en el que estaba se paro porque a uno le entro un apretón y tuvo que frenar, por lo que de estar tranquilo y confiado en el grupo me encontré en solitario, un poco descolocado y con solo un compañero.

Bajito, fuerte y con equipación naranja fosforito, llevábamos bastante tiempo más o menos por la misma zona y me puse a su rueda intentando no pensar demasiado. Estaba entrando en la zona peligrosa de carrera, el temido muro de la Casa de Campo y zona en la que empieza el sufrimiento mental en carrera y haberme quedado sin grupo despertó algunos miedos recordándome a la retirada de la liebre en Sevilla en el km 30.



Prefiero no pensar en nada e intento poner la mente en blanco y seguir al ritmo y concentrado veo como mi compañero se va animando a sí mismo, de vez en cuando le veo hablar en voz baja diciéndose que puede conseguirlo, que vamos, que adelante, y joder, la verdad es que esa fuerza y esa convicción con la que se hablaba me fue invadiendo, me fue dando confianza hasta tal punto de empezar a hablar brevemente con él y confirmarle que lo teníamos y que ya casi estábamos fuera de la Casa de Campo.

Los breves intercambios de palabras sirvieron para que cruzásemos miradas y en silencioso movimiento de cabeza sellásemos el pacto de intentarlo a muerte hasta el final. Nuestras caras transmitieron en ese momento una confianza infinita en nuestro éxito y sin más continuamos corriendo y conseguimos que ese tramo se pasase volando y que pasásemos el 30 en 2:03:30. Joder, lo teníamos, pensé. Teníamos 57 minutos para hacer 12 kilómetros, habíamos salido de la Casa de Campo y estábamos en buenas condiciones.

Gel al canto en el 30 y a darle caña. Note como la cafeína del gel me hacia recuperarme mentalmente y centrarme en la carrera. Estaba donde quería estar y en el tiempo en el que quería estar. Mi compañero de viaje me marcaba un ritmo cojonudo de 4'15'' que podía seguir y tenía unos cuantos kilómetros llanos por delante hasta llegar a la zona dura de la carrera.

Seguimos adelante y en el 32, paso por el sagrado terreno del Vicente Calderón, Avenida del Manzanares y... Calle Segovia, el repecho que marca el inicio de la cuesta arriba final.

En ese momento y mientras empiezo a subir la cuesta recapitulo y analizo la situación de la carrera, es el kilometro 33, llevo 2 horas 15 minutos corriendo y tengo 45 minutos para correr escasos 9 km. Puedo conseguirlo y debo de hacerlo, no me voy a encontrar en otra así en mi vida.

Mi compañero se ha adelantado unos metros, pero a medida que pasan los minutos veo que solo han sido esos metros y que estoy manteniendo el ritmo constante que él me marca. La cabeza solo hace cálculos de ritmos, tiempos y distancias.

Al ritmo al que voy cuento con un colchón de 5 minutos para bajar de 3 horas. Estoy en Pirámides y recuerdo el sufrimiento que me había acompañado por esa zona en anteriores ediciones de la carrera, pero siento que no me encuentro mal, voy cansado pero mantengo el ritmo, las piernas están fuertes y veo como he acortado la distancia con mi compañero.

Puedes hacerlo!! - Me gritan todas las células de mi cuerpo.

Estoy lleno de confianza, pero mi mente frena la euforia, el maratón es maratón hasta el arco de meta, queda toda la zona nueva del Paseo de Castellana y la zona de Goya, así que es mejor ser cauto. Mantengo el ritmo y llego a Atocha en el km 37 y al mirar el reloj otro subidón 2:32:34. 5 km y 27 minutos para conseguirlo. Además me cruzo con mi amigo Santi de la Revista Runonline y hasta tengo margen de saludarle, pedirle una foto e intentar poner la mejor de mis sonrisas.

Sigo al ritmo que me marcan. Subimos Recoletos, pasamos Neptuno, llegamos a Cibeles, seguimos subiendo, el rimo es más cansado y más lento, rondamos los 4'25'' el kilometro pero me da igual, tengo margen hasta de bajar a 5 y seguiría consiguiéndolo.

Mi mente ya sabe que voy a conseguirlo, pero aun queda un último repecho que subir. El tramo nuevo de Goya, Velázquez y Ortega y Gasset, último tramo de subida que nos situará a la altura del Retiro y de la gloria.

Sé que lo he conseguido a medida que voy subiendo. Lo tengo y ya es algo que nadie me lo va a poder quitar, hora lo que tengo que hacer es ver cuánto bajar de las 3 horas. En eso estoy cuando recibo el ultimo shoot de fuerza mental, me encuentro a Paloma y a Perucho en la esquina de Velázquez con Ortega y Gasset animándome como locos, y eso ya fue lo máximo.

Ya esta, km 40, estoy en Príncipe de Vergara, 2:46:17 y todo es cuesta abajo. He de reconocer que en ese punto todo se desdibujo un poco, mi mente se lleno de recuerdos, de esfuerzos, de entrenamientos, de pequeños éxitos y fracasos, todos ellos pasos necesarios para llegar al punto en el que me encontraba.

En ese momento entro en una especie de catarsis del corredor en la que empiezo a comprenderlo todo, como si todas las piezas de un gran puzzle empezasen a encajar y simplemente todo tuviese sentido. Empecé a entender la gran sabiduría de esta carrera, que primero exige antes de dar y que todo lo que brinda es fruto de la constancia y de la exigencia.

Entendí que las amarguras, las lagrimas y las penas de carreras anteriores, habían tenido sentido, habían sido solo un camino de aprendizaje y preparación para llegar al punto en el que me encontraba. Un camino largo y tortuoso de 5 años y más de 11.000 km, resumido y condensado en un destello.



Joder, tenia tal subidón encima que todo eso se me paso por la cabeza en tan solo 1 km. Y sin darme cuenta estaba en el Retiro cuyo griterío y ánimos me sacaron de mi ensimismamiento. 700 metros de gloria, ánimos y gritos, me cruzo con mis padres y noto como me empiezo a romper de emoción por dentro y ya cuando unos metros más adelante me encuentro a Patri y a los niños no puedo más, me saltan unas lagrimas a los ojos y cierro el puño con fuerza sabiendo que lo he conseguido.

Al fondo se ven los arcos de meta. Sin gafas no veo un pijo y no soy consciente de la marca hasta escasos 100 metros de meta, veo en el reloj el 2:55 y pocos segundos, y como caen los metros. Extiendo los brazos y siento como vuelo, noto como la brisa levanta mi alma hacia al cielo y me libera de la gran carga del reto por conseguir. Siento como ese gran muro que levantan las obsesiones cae levantando una gran polvareda en el momento en el que cruzo la meta.

Paro el reloj y lo miro. 2:55:19. Miro a mi alrededor y allí esta mi anónimo amigo, olvidado durante estos últimos kilómetros, que también levanta la vista del suelo y me mira. En sus ojos encuentro la misma mirada repleta de sentimientos que la mía y sin tener que mediar palabra, nos dimos un abrazo, nos dimos la mano y en silencio seguimos adelante mientras nos tambaleamos por el esfuerzo realizado.



Enlace directo a la página de carrera con tracks y puntos de paso

Queda la ultima alegría de la carrera, entregando las medallas esta mi amiga Lisbeth, que en cuento me ve, y a pesar de estar totalmente empapado de sudor, me da un abrazo y dos besazos mientras me felicita por haberlo conseguido.

Ya a partir de ese momento todo se vuelve a ralentizar, las imágenes vuelven a su ser y mi mente empieza a trabajar al ritmo normal, salgo de la zona de ropero y la familia me rodea y me come a besos y a abrazos, todos me felicitan y me dejo llevar por la alegría que me rodea.

Las piernas están tensas, pero la adrenalina producida por el éxito me mantiene medio anestesiado y todo me da igual, sí que es cierto que a medida que voy andando noto que las piernas se quejan un poco pero todo me da igual.

El cielo esta radiante, la temperatura es ideal, me encuentro tan bien y tan cómodo que no necesito ni cambiarme de camiseta, así que tranquilamente y poco a poco me voy del Retiro dejando tras de mí una pequeña estela de gloria y éxito.

A modo de análisis general de la carrera me remontare a mi primer maratón y a un comentario que me hizo mi amigo Beni sobre el maratón. Así es como recuerdo sus palabras en mi cabeza:

 "El maratón es una carrera dura y cruel en las que las circunstancias ambientales y personales influyen mucho más de lo que podemos llegar a creer. Así que quédate con esta cifra, uno de cada ocho. Solo uno de cada ocho maratones será en el que suceda la magia de que todo sea perfecto, en el resto siempre pasara algo. Puede que sea la lluvia, el viento o el frio, puede que sea el estomago o una lesión inesperada pero siempre pasará algo que haga que la carrera no salga todo lo bien que tenias previsto y solo una de cada ocho saldrá todo perfecto, así que estate preparado para aprovechar esa oportunidad"

Y la verdad es que en mi caso se ha cumplido su advertencia al 100%.

Quiero terminar esta entrada dando una serie de agradecimientos. En primer lugar, a mi anónimo compañero de carrera, por correr toda la segunda media juntos, por dejarme hacer míos sus ánimos y su fe, por permitirme engancharme a su ritmo y llevarme con él a la meta, por todo esto quiero decir de corazón que estoy seguro que sin él no lo habría conseguido y no habría tenido las fuerzas suficientes para llegar en tiempo.

Quiero agradecérselo también a todos mis hermanos de La Hermandad, y en especial a Antonio y a Juan, que con sus ánimos y apoyo durante todo este tiempo me han ayudado a seguir adelante en los momentos duros y oscuros de los entrenamientos. Quiero reforzar nuestro juramento de que los tres conseguiremos bajar de las 3 horas si o si, y que aunque yo haya sido el primero, no cejaremos en nuestro empeño hasta que los tres lo consigamos.

Y por último y más importante a Patri, por aguantarme y apoyarme con la mejor de las caras posibles durante estos 5 años que me ha llevado conseguir este reto. Ha sido un largo camino que me habría sido imposible recorrer sin su cariño y compresión.

Ire actualizando la entrada con foros que encuentre y comentarios. ;)

20 comentarios:

  1. enhorabuena tio... eres grande, muy grande!!!!. Pedazo de cronica, me has llegado a emocionar. lo que yo te diga...MAKINÓN!!!!

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  2. Joe, qué emocionante, Ig! La comparto con mis amigos, que hay alguno que ya me ha preguntado por ella.

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  3. Joer qué subidón, te lo tenías merecido y te lo has currado como ninguno, así que todo el mérito es tuyo. Enhorabuena, y ahora a descansar un poco y relajar la presión, CAMPEÓN!
    Hasta la próxima! ;-)

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  4. No te conozco de nada, pero ole ole y ole!!!! Yo acabe en 3:35 mi segunda maratón, conseguí bajar 15 minutos el del año pasado... poco a poco, ENHORABUENA POR LA CARRERA Y POR EL TEXTO

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  5. se me han llenao los ojos de agua

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  6. Hace pocos meses que empeze a correr y me emocionado muchissimo leerte, solo con ver esto dan ganas de continuar entrenando cada dia un poco mas.

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  7. Mi más sincera enhorabuena Nacho! Sabía que tarde o temprano lo conseguirías.
    La crónica ha estado a la altura de la carrera, super-emocionante, eres un crack, tanto como atleta, como cronista. Me siento totalmente identificado contigo, yo también logré ser sub 3 hace unos meses y cruzar la meta es algo mágico. En esta ocasión, lo rocé con la punta de los dedos, menos de un minuto, pero pese a no lograrlo, acabé contentísimo, ya que dos semanas antes no sabía siquiera si iba a participar, por lesión. Lo dicho, enhorabuena y a seguir así de bien.
    P.d. En la primera foto salgo al lado de la liebre, con gorra azul, camiseta verde y gafas.

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  8. Leo y revivo momentos similares, en unos momentos sonrio y en otros me pasan escalofrios, tiene razon, a mi me pasó lo mismo, pienso. Aunque yo corro mucho mas lento, hice 1 h y media mas en Paris, nos vemos reflejados en estas historias.... Enhorabuena, tio...

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  9. enhorabuena, es bonito ver que en la maratón todos vamos consiguiendo los objetivos marcados.

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  10. Me alegro mucho de tu carrera, yo corri con un amigo que le llevó en una silla de ruedas igual nos has visto, nos conoce mucha gente, , estamos en el reto de Miguel Angel en Google

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  11. Enhorabuena!! Los pelos de punta con historias como esta... Que sensaciones más grandes nos da el maraton, sólo los que han terminado uno, se imaginan y saben el esfuerzo y dedicación que supone solámente el llegar a la meta. Enhorabuena de nuevo!!

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  12. Enhorabuena Ignacio!! Vaya carrera!!. Una crónica cojonuda! Yo tras leer el otro día la crónica de tu maratón de Sevilla, me animé tambien a compartir la experiencia de mi primera maratón con mis compañeros y amigos. No dispongo de blog y la colgué en mi perfil de facebook. Ya que últimamente he estado leyendo tu blog, somos casi vecinos e intercambiamos algunos mensajes, me gustaría también compartirla contigo, así que hay te la pego:
    Rock 'n' Roll Madrid Maratón, 42K, mi primer maratón, éste era el objetivo, después de varios meses de duro entrenamiento, mucho sacrificio. Finalmente llega el día D y ciertamente estoy bastante tranquilo, realmente estoy confiado en mis posibilidades, estoy seguro de mi éxito, convencido tras buenos entrenos y pruebas en otras carreras de 10K (40 min) y Medio Maratón (1h 30). Incluso animado por amigos y compañeros de fatigas, me atrevo a ser más ambicioso y rebajar mi objetivo inicial de 3h30 a estar en torno a 3h20. Sinceramente tras muchos consejos y a la vista de mis resultados lo veo posible.
    Son las 9 de la mañana y para comenzar el día, un reencuentro con un viejo amigo de hace muchos años que me acompañará durante esta jornada, Carlos del Blanco. El día empieza muy bien. Mientras esperamos en el cajón los nervios empiezan a hacer de las suyas y empiezan las ganas de evacuar líquidos, ya no se puede, estoy en mi cajón y no da tiempo. Son las 9:00, hora de la salida, plaza de Cibeles, hora de comenzar a correr....

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  13. Los primeros kilómetros son la subida hasta las 4 torres y decidimos ser un poco más ambiciosos aun, seguimos el globo de 3h15’. El del globo parece ser más ambicioso aun y se toma los primeros kilómetros por encima del ritmo objetivo. Vamos más rápido de lo que teníamos planeado y lo vamos comentando. Vamos bien de fuerzas y vamos entre bromas, la verdad es que la carrera va fantástico, me lo voy pasando hasta bien, pasamos los 10k tras subir castellana y comenzar la bajada por Bravo Murillo a 45 minutos, confirmado el ritmo es rápido, pero vamos cómodos bajando, algún largo falso llano como Santa Engracia no nos hace bajar el rito y seguimos yendo en torno a 4:30 min/km. Seguimos pensando que vamos muy rápido pero no paramos y seguimos a ritmo, la verdad es que me sigo encontrando bien, al final de Santa Engracia me espera una sorpresa,- ¡¡Paco!!! Coño, Paco!!! - , un colega del instituto!!!, había hablado con él porque sabía que venía a la maratón, pero encontrármelo a mitad de la carrera era complicado, voy intercambiando saludos con él y poniéndonos al día, parece que estamos de cháchara en un bar tomándonos unas cervezas, ¿Qué tal me va? ¿qué tal el curro?¿Que si me casé? (por supuesto, con una chica fantástica), jeje curiosas conversaciones en el km 16 de una maratón, me comenta que si no voy muy rápido según mi objetivo inicial, me encuentro muy bien y le comento mi cambio de objetivo y definitivamente se une a nuestro grupo. Comienza la bajada de San Bernardo hasta Gran Vía y me empieza a molestar un poco el tobillo izquierdo. Mi pensamientos se van a qué sería una gran putada que tras tanto esfuerzo mi carrera se fuera al traste en el 17, y joder!! Voy perfecto de fuerzas, prácticamente no noto el esfuerzo, no estoy nada cansado. Me comenta que son las paranoias del corredor y deben serlo porque al rato el dolor de mi tobillo pasa a mejor vida. Por cierto, sigo con ganas de evacuar, aunque no perdonó ningún avituallamiento de agua, no quiero deshidratarme, en el del km20 lo acompaño con el primer gel. Tras tanta noticias, el del globo a su bola, seguimos a ritmo de 4:30 y pasamos ya por la media maratón y ciertamente voy rápido, paso a 1h36, solo una vez he ido más rápido en 21k ( hace un mes, 1h30), pero sigo encontrándome pletórico, pero aun pensando que queda el durísimo final después de la casa de campo. Bajamos las curvas desde el Paseo de Moret y en bajada el tobillo me vuelve a molestar aunque ya voy pensando que ya se pasará, paso por el Colegio Mayor donde pase mi vida universitaria, cuantos buenos recuerdos, y al llegar al llano de la avenida de Valladolid vuelvo a encontrarme bien y olvidarme de mi tobillo. Y tras llegar a Príncipe Pio, entramos en la Casa de Campo, ahora ya sí que empiezo a pensar que lo duro está muy cerca y bajamos un poco el ritmo para reservar. Realmente me encuentro fenomenal. Yo ya pienso que voy a hacer una marca cojonuda, he llegado al km30 y me encuentro muy bien, aunque pierda tiempo en la subida voy a cumplir el objetivo, llevamos bastante margen. La salida de la casa de campo es ciertamente dura, una rampa no muy larga pero empinada, que la paso más o menos bien, pero que te obliga a bajar la Avda. de Portugal recuperando un poco de aliento, y en la bajada, me vuelve a molestar un poco el tobillo, pero ahora los cuádriceps también se notan un poco más, es la hora del segundo gel. Aquí prácticamente sin darme cuenta se nos ha quedado atrás Carlos, y Paco y yo nos hemos venido un poco arriba, pero aunque se hacen notar los primeros síntomas de fatiga me veo bien - llevo 30km tampoco puedo estar como si nada - el ritmo ya km a km va bajando un poco pero no parece nada alarmante.La zona a la que ahora entramos es lo más duro de la carrera, 7 km de subida más o menos constante, alternando rampas y falsos llanos que pican para arriba y el ritmo comienza a resentirse, en el km 33 ya voy notando fatiga, y los ritmos ya suben a 4:40 - 4:50, pero joder, no es preocupante es subida!!

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  14. Y otra rampa más en el parque de Atenas, (los pensamientos aquí ya son sobre la madre de quien diseña el recorrido).. Mis ganas de evacuar continúan y en el Paseo Imperial no puedo aguantar más, hago el esfuerzo de adelantarme un poco a Paco para mear más adelante y no perder demasiado espacio con él, estoy en plana actividad de aligeramiento de líquidos y veo como me pasa, tardo más de lo que esperaba, y se me aleja bastante, recuperarle el terreno me supone un esfuerzo notable y comienzo a sentirme fatigado por el esfuerzo extra, una vez le cojo bajamos un poco el ritmo para que yo recupere aliento. Esta zona me estresa, es todo subida y además no sé dónde estoy, no suelo andar prácticamente nunca por aquí y no sé dónde se gira, donde vienen las cuestas, donde los llanos, mi físico comienza a fallar y los ritmos ya caen por encima de los 5min/km, es el km 35. Me agobio un poco porque creo que le voy bajando el ritmo a Paco, el sigue animándome a continuar pero empiezo a flaquear y veo que el siguiente km, el 36 ya estamos en 5:30, le digo que siga el, el insiste en que sigamos juntos pero mi cabeza también empieza a fallar, definitivamente casi en Atocha le digo que siga que yo ya casi no puedo y hago mi primera parada, muy corta, solo unos segundos, me convenzo de que no puedo parar y vuelvo a correr, pero parece que el daño está hecho, mi cabeza me vuelve a pedir un descanso y al poco vuelvo a parar (ciertamente Neptuno no me anima, siempre fui más de Cibeles), esta parada es un poco más larga y veo como me va pasando mucha gente, incluso me cuesta andar, tengo las piernas agarrotadas, la gente del público y de la carrera me ve que sufro y me animan, veo a Carlos que me pasa y me anima a seguir, corro otra vez, le cojo, creo que le podría seguir, pero solo tengo fuerzas para saludarle y me vuelvo a quedar atrás. Paso andando entre Neptuno y Cibeles, algún intento de volver a correr, pero totalmente infructuoso, incluso comienzo a pensar en abandonar, en mi cabeza viene otro pensamiento – Estas Tonto Luis!!! Te quedan 4 km!!! Aunque sea llegas arrastrándote!! -

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  15. Hay un lucha titánica en mi cabeza, pero ciertamente no puedo prácticamente ni andar, me adelantan hasta los que van andando y miro el reloj y veo que voy perdiendo todo el tiempo, veo que ni siquiera voy a cumplir el objetivo inicial, de cambio de objetivo hace un rato que me olvidé, no tengo calambres, ni tirones, pero estoy agarrotado, no puedo ya ni andar, en Recoletos me llego a sentar en la mediana a descansar, estoy destrozado y veo que mi carrera se ha ido a pique. Una espectadora me ayuda y me anima a levantarme (ya me estaba tumbando literalmente en el césped) me da un par de gominolas y agua y comienzo otra vez a correr (muchísimas gracias pienso, pero a ella no le digo nada, o no sé si se lo digo, estoy muerto) corro unos 100 metros y pienso en volver a pararme, pero aguanto aunque sea por el orgullo de que la buena samaritana no me vea volverme a parar, pero irremediablemente al poco vuelvo a andar. Otros aficionados regalan plátanos (Plátanos por la cara, indica un cartel), cojo uno, me lo como y realmente me sienta estupendamente (muchísimas gracias a estos otros también), sigo andando, giro en goya y al llegar a Velázquez me veo un poco mejor, decido correr, km 39,5, he pasado dos kilómetros agonizando, pero me vuelvo a encontrar bien. No sé si habrá sido el plátano o el saber que Lucia (la chica fantástica con la que me casé) está cerca animándome con una amigas, Leti y Almu, y un megáfono (muchísimas gracias a las tres) sigo corriendo y mis ritmos empiezan estar en 5:10, me parece increíble que me haya recuperado, cuando paso por donde esta Lucia voy pletórico, me hacen fotos (cuando las veo después se me ve como una rosa, es increíble) pero ya estoy acabando bajando Príncipe de Vergara y me encuentro fenomenal, realmente voy eufórico ,estoy contentísimo, hago el ultimo kilómetro a 4:45, hace un rato ni siquiera podía andar y entro como un auténtico ganador, mientras veo a algunos que apenas pueden correr a 150 metros de la meta, pienso que esto es durísimo, mientras yo choco la mano con uno de la organización que saluda a todos los finishers, la sensación es increíble, entrando en meta con tanta gente los brazos en alto y chupando cámara para verme después en el vídeo de la llegada. He terminado, paro el reloj, 3:33:47. SOY MARATONIANO.

    Realmente tras finalizar estaba un poco decepcionado con el tiempo que hice pues tenia esperanza de hacer algo menos, pero según pasan las horas cada vez estoy mas orgulloso de haber acabado.
    PD Siento colapsarte el blog de mensajes ;)

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  16. Y ahora que ya recuperamos un poco de nuestra vida social después de tanto duro entreno aver si podemos quedar algún día de estos a tomar una cerveza en el barrio y nos conocemos.
    Un abrazo y nuevamente enhorabuena!!! es un marcón!!!

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  17. Joder Luis, enhorabuena!!! Bien por seguir adelante y no rendirte. El maratón es duro de cojones y pasan cosas como las que cuentas. Sin ir mas lejos a mi me paso lo mismo que a ti en el primer maratón que corri. Me vine a bajo en el 40 y en recorrer los ultimos 2 km tarde 25 minutos porque las piernas no me respondian por los calambres.

    Pero de todo se va aprendiendo y las piernas van haciendose más fuertes a medida que se van cargando kilometros.

    Quedate con la buena carrera que hiciste y con que lo conseguiste a pesar de la adversidad.

    Lo dicho Luis. Enhorabuena!!

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  18. Felicidades por saber creer en tí y llevarlo a las últimas consecuencias.

    La Maratón es la carrera mas dura por algo y es que primero la tienes que dar todo y luego ella ve lo que te devuelve y cuando es generosa lo tienes que aprovechar.

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  19. Gigante la crónica, un poco de todo. Me ha encantado. Espero emular o acercarme a esa marca. Me surgen muchas dudas, ya que nunca he corrido una maratón ( 2 IM, 80k y muchos medias).

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