Días perfecto para correr, con buena temperatura, cielo despejado y el buen ambiente de la montaña con aire fresco y limpio.
La carrera empezaba a las 10:30 y llegue con la familia pronto para pillar el dorsal y verme con los amigos. Cafetito en uno de los muchos bares del pueblo con el soniquete de la lotería de Navidad de fondo. Fue uno de esos días en los que te encuentras con los amigos de toda la vida y con esos con los que siempre coincides en las carreras. Hablas de la temporada que termina, de la que viene y vacilas un poco antes de la carrera.
El tiempo paso volando y antes de que pudiese darme cuenta ya estaba en los cajones de salida. Yo reservón de salida me sitúe en el de 50'. No quería apretar e inicialmente iba a ir tranquilamente ya que no quería contracturarme ni que se me cargasen el exceso las piernas. Mi objetivo es la San Silvestre y pasarme en esta prueba podía significar molestias en las piernas durante una semana.
Así que con calma. Los organizadores se tomaron su tiempo en dar la salida, con homenajes y aplausos par a Francisco Fernandez Ochoa, Chema Martínez, Martín Fiz y dos o tres más. Pero a quién le importa, todos estábamos bastante relajados y sin prisas por lo que con gusto aplaudimos y esperamos a que se dio la salida.
Cuando empezamos a correr con calma me fui sitiando. Nada de slalom, ni de ir cambiando de trazada, me asenté y espere a que las cuestas, que empezaban en el kilometro 2, frenasen a la gente para empezar a adelantar.
Las cuestas de principio duras. No se si porque tras un primer kilometro rápido te encuentras con un tramo de 3 kilómetros cuesta arriba casi sin pausa, por lo que las piernas y la cabeza sufren un poco. No obstante y a pesar todo fui subiendo bien y pasando a gente.
En algún repecho duro pare para recuperar el aliento y frenar el corazón, pero no mas de 100 o 200 metros. Además paré sin remordimiento, no quería forzar e iba escuchando a mis piernas en todo momento. (Las zonas de parón las podéis ver en la grafica de ritmo de la carrera, kms 3, 7 y 10).
Tras el primer repecho una zona de 2 kilómetros llaneando e incluso bajando en algún momento y sorprendentemente, en bajada conseguí mi mejor kilometro en carrera en el 5 con un tiempo de 3'53''.
Lo más duro de la carrera llego en el 7, donde te enfrentas al tramo de cuesta más empinado de la carrera. Ni pista ni nada, solo un sendero y plagado de ocurrentes carteles que te iban arrancando sonrisas ya que te hacían plantearte qué coño estabas haciendo allí y que dejases de andar, que habías venido a correr.
Tras la cuesta la bajada, ya pasado el 7 había un tramo de 3 kilómetros llaneando y con alguna cuesta con zonas con algo de hielo que se hicieron bastante interesantes.
El 10 con cuestión también y ya con las piernas calientes realizando relevos entre los que parábamos y los que corrían, ahora se para uno y ahora el otro, y tras ese último repecho todo cuesta abajo hasta meta. En ese punto y ya pasados los resuellos de la subida la gente comienza a embalarse. Corredores a los que había pasado hacia un rato subiendo se les ve recuperados y volando hacia la meta.
Entre en meta a gusto y con buenas sensaciones. Distancia final 13,500 con un ritmo medio de 4'44'' lo que para una carrera de montaña con esos repechos y esas zonas andando está bastante bien. Tiempo final de 1:04:10 y la posición 110 de la general.
Solo decir que la organización perfecta. Bien gestionada la entrega de los dorsales y la bolsa del corredor, bien organizado el final de la carrera y su avituallamiento y luego las duchas en el polideportivo con agua caliente a manta.
Tras la ducha, rápidamente a ver a niños hijos correr en las carreras infantiles. Daniel en la categoría de 0 a 3 años con un meritorio tercer puesto mientras remontaba un par de carritos que tenía delante.
Y Gabriela en la de 6 y 7 años, saliendo como una bala y cayéndose
en la curva por culpa de los adoquines húmedos. A pesar de eso se repuso y
entro sexta, haciendo que me sintiese el padre más orgulloso de Cercedilla en
ese momento. :)
Quiero aprovechar para agradecer a la organización que en la bolsa del corredor infantil incluyesen una trompeta tipo bubucela, estuve acordándome de ellos hasta que los pequeños se fueron a dormir.
Si a todo lo que os he contado le sumamos que me quede a comer en el pueblo que me puse fino a cerveza y a chuletón de buey, creo que queda todo claro. Un día cojonudo.
Por lo demás hoy, y siguiendo el plan de entrenamiento del maratón, he salido a rodar durante 55', suave para que las piernas no sufriesen (11,5 a 4'40''), pero he de reconocer que he sufrido un poco. Las piernas a pesar de todas mis reservas estaban cargadas y tengo los gemelos un poco puteados.
En teoría mañana me tocaría meterle caña con series cortas,
pero tendré que esperar a ver cómo me levanto mañana para ver que hago.
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